Siempre anhelo el momento de volver junto a ti. Y cuando lo hago soy feliz, porque logro causar en ti un montón de sensaciones.
En tu cabeza solo habito yo y me hago dueña de tu mente, de tu cuerpo e incluso de tu tiempo y logro que me des esa muestra de amor, de que al llegar a ti, lo dejes todo por mí.
Cuando nos encontramos, te tumbo y te hago mía en ese cuarto oscuro, en silencio, sin que nadie nos moleste, sin un rayo de luz que penetre, porque solo quiero que estemos tu y yo.
Nuestro encuentro no es todo el tiempo, porque solo de vez en cuando aparezco, pero como ya te dije, cuando lo hago, soy feliz.
Att. Por siempre, tu amor.
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Querida,
No entiendo cuál es tu empeño y tu amor en mí, si ya te dije que cada vez que vienes no te soporto, no te aguanto, me das náuseas y pudiera decir que el único sentimiento que causas en mí es el odiarte.
Haces mi vida un infierno, te robas mi tiempo, mis pensamientos, mi razón y toda mi cabeza con un dolor tan necio que no tiene otro remedio que alejarme de todo en silencio y oscuridad mientras espero que termines ya.
Es que no me avisas y si te soy honesta si lo hicieras tampoco quisiera que vinieras, porque eres necia, porque cuando llegas me apartas y separas siempre de todo lo que ese día deseo hacer.
Ya quiero que te vayas y me dejes sola. Te lo digo una vez más, así tan claro como el cantar de un gallo. ¡Vete de una vez con todo lo que traes! No has sido nunca bienvenida, ¡Vete MIGRAÑA!!
Por favor te lo ruego! No me hagas llorar más... cómo quieres que te diga? Por favor, te lo suplico, ya no tengo fuerzas... déjame en paz.
MaR.Pd: Que la migraña nunca te robe la creatividad!
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