Como en los tiempos de la Colonia



Como en los tiempos de la colonia me ha tocado vivir durante estos días. No me imaginé que llegaría éste momento y pensar que vivo en la capital de un estado central de mi país.
He tenido que atenerme a escuchar las noticias por comentarios de los vecinos, “que sí fulano me dijo que le dijeron que fue así…” y los pasatiempos cambiaron ésta semana, pues me ha tocado, dedicarme a sembrar plantas, cosechar yuca y plátano.
Esta semana mis dotes de buena ama de casa, han salido a flor, manteniendo el orden y limpieza, cumpliendo con todas las labores que se requieren en un hogar, también he aprovechado coser a mano (algunas piezas que en realidad he querido tirar a la basura), y remendar algunos calzoncillos cosa que a mi marido le ha encantado.
Por las noches, si se me ha antojado leer un libro, me ha tocado hacerlo bajo la luz de las velas. Les cuento que también he tenido que ayudar a mi marido a buscar leña y ver como unas cuantas ollas se me han ennegrecido. Ha sido algo complicado pensar en un menú para cocinar sobre la leña, pero me las he ingeniado con unas cuantas sopas y unos bistec de carne.
Ayer, tuvimos que bañarnos con agua recogida en una ponchera, creo que me ha quedado el cabello con shampoo, porque esto de lavárselo con una sola mano, mientras con la otra te vas echando el agua, debo confesar de que no soy una experta.
Y como el calor azota por las noches, hemos tenido que abrir las ventanas, para que la brisa entre y medio refresque el cuarto, pero que va, lo que ha entrado es una nube de zancudos y me ha costado el sueño, mientras me rasco y escucho como uno de ellos canta al oído su canción mientras los otros aprovechan chuparme la sangre.
Y es que no solo han entrado los zancudos, he tenido que ceder a que entren también los tuqueques, salamanquesas o salamandras, me da igual como se llamen, que según mi marido no hacen nada, “porque mantienen la casa limpia”, si eso fuera cierto, no tuviese mucho trabajo los fines de semana… bueno en fin, es que de pensar que estén en mi cuarto me da terror de que por un momento se suban a la cama.
Y también como en los tiempos de la colonia, tuve esta semana que hacer trueque, cambiar un Kilo de Harina, por un Kilo de Arroz; Cambiar un Kilo de Yuca por billetes en efectivo, porque hasta eso ni se consigue en estos días.
Por otro lado, he tenido que moverme a todas partes a pie, no logré que me prestaran un caballo, así que indiferentemente de que haya un sol incandescente, he tenido que caminar sin más remedio que aguantar unas que otras veces una jaqueca por la insolación y otras llegar a reuniones de trabajo como un pedazo de queso frito.
Bueno, en conclusión, aunque no me acostumbro a vivir de esta manera, estos días sin Internet, sin electricidad, sin agua, sin gas, sin gasolina y sin efectivo, me han servido para reflexionar sobre muchas cosas, entre ellas lo que hacía la mujer en los tiempos de la colonia.
Durante esta semana, me ha tocado ser como esa mujer pudiente, siendo ama y señora de mi hogar, también he sido esa mujer mestiza siendo productiva, en el trabajo domestico y artesanal. Por otro lado me he sentido como esa mujer esclava negra, llevando sol sin piedad, en busca de leña para cocinar y finalmente como esa mujer indígena, ultrajada y violada por un gobierno de mierda.
WhatsApp Image 2018-11-19 at 4.25.41 PM

Comentarios