En una estrella brillante y distante, se veía mi tierra girando y con cada vuelta que daba iba desordenando todo lo que en ella había.
Luego mariposas de todos los colores y tamaños, fueron saliendo de ella y la tierra se secó... Por lo tanto lloré amargamente porque no podía hacer nada.
Impotencia sentía al ver que todo iba escapando y volando y de tanto llorar, lluvia calló sobre aquella tierra, mi tierra y pronto se inundó.
Aún sigue ahogada, llena de agua salada... no se cuántos días llevaran las olas de un lado a otro los peses de soledad que ahora hay.
No lo se... solo sé que estoy ahí y también aquí en ésta estrella brillante y distante, viendo cómo gira mi tierra y cómo cada día se desordena.
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