Ingredientes para perder la cordura (A manera de desahogo)


Reconozco que tengo días en los que ando desaparecida, no he vuelto a escribir, pero no es porque no haya querido, sino porque han sucedido cosas que me lo han impedido. Y no tienen idea de lo frustrante que ha sido.
No sé qué tan enterados estén mis amigos, acerca de lo que ha sucedido en mi país. Tuvimos un “apagón nacional”, muchos de los que viven fuera no entienden lo que realmente significa un Apagón. Los que tuvimos suerte, estuvimos bajo la luz de las velas.
Bueno, se los explico de manera sencilla, se fue la luz en todo el país, no tuvimos energía eléctrica por unos cuantos días, en mi ciudad fueron 5 días, en otras zonas del país fueron como 8 días.
Ahora imagínense estar en una situación en la que estás totalmente incomunicado con el mundo exterior, ni siquiera puedes comunicarte con tus familiares que viven en el país y menos con los que viven fuera.
La carga de la batería de tu celular llega a su término y solo debes atenerte a la luz de las velas o en otros casos andar en oscuras y esperar ansiosamente a que amanezca.
Estos cinco días se convirtieron en un caos total, primero voy a contarles mi caos personal. Vivo en una ciudad donde el calor es anormal en un día normal, donde es necesario dormir con aire acondicionado porque literalmente es un sauna por las noches, los árboles parecen fotografías porque no se mueven, no hay casi brisa.
En el desespero del calor, tuvimos mi esposo y yo que sacar la cama del cuarto y ponerla en la sala, pero no entraba igual nada de aire, así que tuvimos que moverla a la cocina para ver si por el ventanal llegaba algo de brisa y bueno tuvimos algo de suerte unas dos noches, durmiendo al lado de la nevera y de la cocina.
Por otro lado la ida de la luz, hizo que en toda la ciudad fallara la distribución del agua. No llegaba agua por las tuberías, los baños de mi casa estaban peor que los baños de carretera, no había agua potable y eso no es lo peor.
Ésta situación, hizo que personas en su desesperación optaran por buscar en ríos turbios y hasta cloacas agua para beber y para bañarse. En algunas ciudades del país comenzaron a zaquear comercios, tiendas, en busca de agua y comida, no justifico ni apoyo sus acciones y menos cuando en algunas partes se convirtió en actos de vandalismo robando ropa, zapatos, maquillaje y hasta aparatos eléctricos que ni podían usar esos días porque había luz. La gente literalmente se volvió loca.
Por otro lado, hay un problema de efectivo, donde no hay billetes para comprar, primero porque el banco no los está dando por cajero y si retiras por el banco en taquilla te dan billetes de 2 y 10 bolívares, billetes que en la calle no recibe nadie y que si tienes una colección de ellos y quieres depositarlos en el banco, ellos tampoco lo reciben. (Algo irónico y estúpido)
Las personas que tienen acceso a los pocos billetes que existen de mayor grado, te los ofrecen en venta pero debes hacerles una transferencia del 100%, es decir, necesitas mil bolívares en efectivo, tienes que pagar dos mil bolívares. Bueno así tan devaluado está la moneda en mi país, una cosa tan grave y absurda.
¿Por qué les cuento todo esto del billete? Bueno, porque durante los 5 días sin luz, la comida de la nevera de muchos se dañó, no podías comprar comida porque no había billetes, no podías pasar tarjeta porque no había puntos de venta, porque sin luz no se puede y obvio no se podían hacer transferencias bancarias porque no hay internet, no hay luz, no hay nada.
Lo triste y lamentable del asunto es que algunos que gozaban del privilegio de tener plantas eléctricas, se aprovecharon de la situación para sacar dinero de ésta desgracia, cobrando 1 dólar por 10 minutos de carga a tu celular; 10 dólares por una bolsita de hielo. No sé si saben que el valor del sueldo mínimo mensual es de alrededor del estimado de 6 dólares y por ponerles un ejemplo un pollo cuesta 5 dólares (otro tema largo del que se puede conversar en otra oportunidad).
Imaginen el caos que puede traer el hecho de que se vaya la luz… las heladerías perdieron sus helados, las carnicerías perdieron todas las carnes, laboratorios perdieron muestras, los espermas congelados, los óvulos y no sé qué otras cosas más, necesitan estar refrigeradas, porque esa no es mi área, pero sin duda alguna tuvieron pérdidas, me contaron que la pudrición en las  morgues era muy fuerte; y bueno muchos ejemplos más les pudiera decir, sin embargo lo más triste de todo esto es que muchas personas murieron en estos 5 días.
Eso no sale en las noticias, pero muchos niños en hospitales murieron, por lo menos en mi ciudad fueron 20, personas que necesitaban hacerse diálisis, o terapias respiratorias, muy pocos hospitales y clínicas tenían plantas eléctricas, muchas madres perdieron a sus bebés y otros perdieron a familiares que su angustia atentaron con su vida.
Por el problema del gas que hay en el país hay familias que han estado comiendo gracias a cocinas eléctricas, hornos, vaporeras que creativamente han usado para cocinar, pero al irse la luz, perdieron toda posibilidad de cocinar.
En lo particular en esos 5 días, por poco pierdo la cordura… Pero gracias a Dios que eso no sucedió, pese a que fueron días de prueba, de angustia e impotencia, fue una oportunidad para compartir con el prójimo, con el más necesitado, compartir no solo comida, agua, o el gas, sino el tiempo, compartir palabras de ánimo y de consuelo y lo bueno es que cuando compartes siempre recibes algo a cambio, aunque uno no lo hace por esto, pero es la recompensa que recibes.
En estos días de locura, reflexioné sobre muchas cosas, como: valorar más lo que tenemos, que compartir, ayudar y servir a alguien que lo necesita siempre será lo más gratificante que puedas hacer, que no importa lo que pueda estar pasando, Dios siempre sigue fiel; que debo hacer lo posible por esforzarme a ser valiente y a no temer, a tener fe en que eso que estoy viviendo va a pasar.
Después de todo esto, he llegado a la conclusión de que los ingredientes para perder la cordura pueden ser la suma de estar 5 días a oscuras, no tener agua (para beber ni para bañarte), no tener comida, sufrir de insomnio por el calor que hay por las noches, estar incomunicado y en angustia porque no sabes qué sucede en el país o con tu familia que está en otra ciudad, tener hambre y no tener con qué comprar; y finalmente tener impotencia porque nada puedes solucionar, bastan sólo la suma de estas cosas para que alguien pierda la cordura y se sumerja en la locura.
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